viernes, 15 de septiembre de 2017

Afecto y salud mental.

           La teoría del apego de Bowlby nos enseña, en primer lugar, que somos seres sociales y afectuosos. Tanto es así que la manera en la que recibimos los primeros cuidados de nuestra vida determinarán en gran medida nuestra salud mental. En segundo lugar, la teoría del apego nos recuerda la responsabilidad, pero también la solución, de los males que aquejan a nuestra enferma sociedad. Leer artículo








          Los antecedentes de la teoría del apego pueden rastrearse en la teoría del afecto de Harry Harlow  ( 1905 - 1981). Este psicólogo norteamericano se encontraba investigando el aislamiento maternal en monos rhesus cuando se abre camino la hipótesis de que es el contacto y no la alimentación la base sobre la que descansa el vínculo cuidador-cría. 

        El experimento de las madres sustitutas confirmó que existe una relación directa entre el contacto cuidador-cría y el grado de seguridad en la autopercepción. Experimentos posteriores mostraron que las hembras que habían sufrido privación de una madre -sustituta o no- cuando, a su vez, eran madres presentaban conductas violentas hacia sus propias crías. Lo que nos indicaría que el supuesto "instinto maternal" es un comportamiento que se gestaría en la experiencia que tienen las crías respecto al trato recibido por sus cuidadores.



         Desde la teoría psicoanalítica fue René Spitz quien con sus estudios sobre la "depresión anaclítica " (carencia afectiva) confirmó que la falta de cuidados afectuosos es dramáticamente lesiva con los niños, especialmente en los bebés de 5 a 18 meses.  El registro en material fílmico de sus observaciones en orfanatos ayudó a que la población se conciencia y hubiera un mayor control en tales centros.




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